El mundo del olivar y del aceite de oliva anda más que revuelto y en una comarca como la nuestra, ubicada en la provincia con mayor producción de aceite de oliva del país, se trata de una actividad de la que viven muchas familias. Estos días, los olivareros están decidiendo modos para poner un punto de inflexión en la imparable cuesta del bajo precio del aceite, máximo responsable de la situación agónica que viven muchas almazaras y cooperativas. Hasta ahora, poner en marcha movilizaciones es la alternativa más secundada.
En un contexto en el que el sector acumula años de pérdidas y los estudios de la cadena de valor han mostrado, tal como explicó incluso el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, que el margen que cada eslabón tiene de beneficio es bien pequeño o incluso inexistente, la conclusión es clara: hay que hacer algo.
En un contexto en el que el sector acumula años de pérdidas y los estudios de la cadena de valor han mostrado, tal como explicó incluso el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, que el margen que cada eslabón tiene de beneficio es bien pequeño o incluso inexistente, la conclusión es clara: hay que hacer algo.
Así pues, son muchos los productores que han tocado fondo y han decidido, de manos de colectivos agrarios, movilizarse. Como ya adelantamos hace unos días, la Unión Europa tiene aún que decidir si permite el almacenamiento privado, aunque de momento, todo indica a que no lo hará y son muchos los medios de comunicación que ya han anunciado que Bruselas ha dado, con su silencio, un "no" como respuesta. Se trata de un instrumento que permite a las almazaras retirar del mercado el aceite tras un acusado descenso de los precios, con el objetivo de frenar la oferta y recolocar en el mercado este aceite más adelante. Su activación, además de activar las ayudas que tiene asociadas, forzaría la subida del precio del aciete, como ya ha hecho en otras ocasiones.
Aún así, está claro que el verdadero núcleo del problema es estructural y habría que seguir trabajando en problemáticas como la necesidad de unión del sector, el refuerzo en las exportaciones -única buena noticia en los últimos meses del sector-, la búsqueda de la máxima calidad del producto y la diferenciación del aceite en el mercado...
Objetivo: el almacenamiento privado
Es el principal objetivo de los productores: conseguir que se active el almacenamiento privado y, a ser posible, que se cambie la cifra que “lo permite” de forma automática. Actualmente, está en 1,77 euros por tonelada de aceite de oliva virgen extra, en 1,71 euros por tonelada para el aceite virgen y 1,52 para el lampante. Pues bien, todos estos precios se fijaron hace más de una década y no tienen en cuenta los actuales costes de producción, por lo que se exige una actualización teniendo en cuenta que, además, el sector ha cambiado de forma extrema en los últimos años.
Además, la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) ha hecho un balance general del sector y asegura que la situación en el campo es insostenible tras tres campañas consecutivas vendiendo por debajo de coste. Según sus datos, los olivareros acumulan ya 1.900 millones de euros de pérdidas.
Por su parte, la Federación Andaluza de Empresas Cooperativas Agrarias (FAECA) se reunirá el próximo día 11 con las cooperativas jiennenses para proponer las movilizaciones, ponerlas en marcha y concretar un calendario.
Y es que las cifras se acumulan en una balanza más que negativa: el resumen de UPA-Andalucía sobre el sector del aceite dejó una cifra de 500 millones de euros en pérdidas sufridas en la última campaña a causa de los bajos precios del aceite, de los que 300 millones se ceñirían a la provincia de Jaén.
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