Autor foto: Casas Rurales La Aldeílla. |
Sin duda, Aldeaquemada es uno de los lugares más atractivos para el turismo rural de nuestra comarca, que es entera un lugar potencial vacacional en esta época, más aún si el objetivo es descubrir el rastro de esos ronquidos salvajes de los ciervos que en este época de celo pueden identificarse, sobre todo, al amanecer o al atardecer, los dos momentos más agitados respecto a la berrea, un atractivo importante para el turista.
Ésta es ya una nueva temporada turística para el aprovechamiento la riqueza natural de Las Nuevas Poblaciones que, más allá de la más que explotada práctica cinegética, se alza como un rincón para pederse en la naturaleza y que es aún más seductor por lo curioso de la berrea, que suele comenzar en la segunda quincena de septiembre y puede prolongarse mes y medio, incluso más. Además, este año ha comenzado más tarde por el calor.
La peculiar sinfonía se escucha por toda la sierra y resulta, en momentos, estremecedora. Se trata de un potente ronquido del macho para llamar a la hembra, "un piropo salvaje y atractivo". De hecho, en el proceso de apareamiento si se cruzan los machos, puede producirse el duelo entre ellos si ninguno de los dos huye antes. En estas circunstancias, pueden quedar solteros los ciervos más jóvenes e inexpertos, que deambulan solitarios incluso en estos momentos de unión. El tiempo de gestación de las ciervas dura ocho meses, así que en primavera parirán un cervatillo, dos en casos excepcionales.
En este contexto, el turismo rural empieza a tomar estos lugares, en este caso, el pequeño pueblo de Aldeaquemada, situado en el corazón de Sierra Morena, y que, con poco más de 550 habitantes, ha aumentado en la última década en más de 70 sus plazas de alojamientos.
Incluso se ha instalado en el término municipal un observatorio en alto para poder observar sin molestarlos a los animales de la zona, especialmente en su época más llamativa: la del celo.
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